martes, 11 de enero de 2011

El Gabo

Durante años fui peor que un animal cuando se trataba de lectura, cultura, estudio y ortografía, entre otras. Buena parte de lo anterior se me quitó cuando ingresé a la universidad en el segundo intento, el primero no me bastó.

Desde entonces - 2003 - me he vuelto un lector recurrente, de hecho la lectura se ha convertido casi en un vicio. Mi ortografía ha mejorado considerablemente, mi afición por el estudio me ha llevado a niveles que se podrían equiparar con los de un ñoño y aunque mi cultura general se ha incrementado, sigo siendo un naco; nadie es perfecto.

Pues mi actual afición por la lectura me llevó por un camino en donde irremediablemente, me encontré con el Gabo, con Gabriel García Márquez. Leí El General en su laberinto y La Hojarasca antes que Vivir para contarla, siendo ésta la que me cautivó y ligó permanentemente al escritor.

Vivir para contarla es una narración autobiográfica tremendamente divertida, El Gabo tiene el don mágico de la narración ligera y llevadera, la facilidad para crear imágenes en nuestras mentes y darles vida, ponerlas en movimiento.

Desde entonces no ha cesado mi apetito intelectual de su lectura, aunque no puedo presumir de ser quien haya leído todas sus obras. Memoria de mis putas tristes fue el libro que siguió a los anteriores y después Cien años de soledad.

Es una maravilla, no por nada esa obra fue la que redondeó todo su trabajo para que lo galardonaran con el premio Nobel de literatura. Ya todo está dicho sobre esa novela y de maneras sumamente precisas, por lo que yo sólo añadiré, que soy una más de las miles y miles de personas que han quedado cautivadas con la genialidad de esa obra.

Aunque no es parte de sus obras, sí es parte de él la biografía que Gerald Martin escribió sobre GGM y en consecuencia, también me di a la tarea de leerla. La historia es francamente conmovedora ahora que se lee en lontananza porque seguramente, en su momento, Gabriel no opinaba lo mismo. Todas las circunstancias que lo rodeaban estaban finamente orquestadas para crear el resultado que ahora vemos en sus libros y al menos por mi parte, creo que sería el deseo de muchos hombres - entre ellos yo - tener a su lado a una mujer con la energía, vitalidad y convicción de Mercedes Barcha.

Todavía me queda mucho por leer del Gabo y lo haré despacio, muy despacio, no quiero que llegue el día en que después de leer todas sus obras me pregunte ¿ahora qué leeré?

¡Viva el Gabo!

jueves, 6 de enero de 2011

Cámbiense todos a Linux ¡Yo les ayudo con la instalación!

Tengo ya varias semanas experimentando con Linux en su distribución llamada Ubuntu. Decidí volver a trabajar con este sistema operativo (porque en la universidad ya lo había trabajado) no sólo por curiosidad sino por una necesidad real.

Esa necesidad se distribuye entre que deseo ampliarme los horizontes laborales, necesitaba un servidor de pruebas para una página que estoy desarrollando y también, deseaba encontrar alguna actividad adicional que me mantenga ocupado.

Mi experiencia ha sido demasiado agradable. Este sistema operativo no se distinguía por ser el más "amable" o intuitivo con el usuario, en el pasado solía requerir mucho trabajo - o casi todo - a través de comandos, que la mayoría de las veces, eran complicados.
Sin embargo hoy, las cosas han cambiado mucho, y no podría ser de otra manera porque han transcurrido, entre la versión que conocí en la universidad y el día de hoy, nada menos que ¡diez años! Cualquiera que no logre un cambio significativo en ese periodo de tiempo, está condenado a la extinción.

En la mayoría de los casos, la instalación de nuevos programas es sencilla aunque hay excepciones claro, la configuración del hardware es automática (una vez más, en la mayoría de los casos), la interfaz, es decir, la pantalla y todas sus elementos gráficos son muy atractivos, el arranque y apagado son muy veloces comparados con Windows, existe una enorme diversidad de software y lo mejor, ¡la mayoría es gratuito!

Soy un firme creyente de pagar por el software, porque de algo tenemos que vivir los que nos dedicamos a ese tema pero, me parece un absurdo pagar más de 7,000 pesos por un programa que usaremos dos o tres veces al año. Así que en lugar de recurrir a la piratería, mucho antes de eso, la opción es el software libre.

Pues así las cosas hasta el día de hoy, desde ahora recomiendo ampliamente experimentar con Linux sin abandonar Windows, sólo para no apartarse totalmente del mundo.

Los Reyes no me han traído lo que les pedí pero no hay cuidado, les di de plazo todo el año para que lo traigan, pero eso sí, ¡ni un día más! Nadie se burla de Allan García...

miércoles, 5 de enero de 2011

El mejor regalo de reyes

Hoy mi mamá, me hizo un excelente regalo de día de reyes: Un globo.

Y después de... mmm... muchos años de no hacerlo, escribí nuevamente una carta para los tres Reyes Magos. Claro que ahora la caligrafía, la redacción y en especial las peticiones, son muy diferentes.

No requerí nada material porque sería desperdiciar una gran oportunidad en algo que se puede obtener con trabajo y esfuerzo. Tampoco solicité muchas cosas para mí, más bien mis peticiones fueron orientadas a otras personas que son importantes para mí. Sólo un deseo que está más allá de mi alcance y aunque se ha negado reiteradamente, quizá esta puede ser la ocasión ideal, uno nunca sabe.

Por su parte, también mi mamá compró su globo e hizo su carta. Ya me imagino, siendo como es, pidió puras cosas buenas para sus seres queridos y nada para ella, quien se alimenta de la felicidad de aquellos a quien ama.

Los liberamos al mismo tiempo y los vimos subir hasta perderse en el cielo despejado de un 5 de enero, el del año 2011, mismo que recordaré como aquel en donde una vez más, como muchas veces en el pasado, mi mamá me dio una gran ilusión.

Bendiciones a quienes como yo, todavía tienen la fortuna de tener a sus padres a su lado. Si ya no tienes esa fortuna, entonces puedes tener la seguridad de que alguien está cuidando de ti y buscando la manera de llenarte de ilusiones, que un buen padre nunca cesa en su intención de proteger a sus hijos.

Espero recibir mis regalos porque ¡sí me porté bien!

sábado, 1 de enero de 2011

Reglas de etiqueta, Introducción.

Hace algún tiempo comenté en Facebook que había decidido convertirme en un experto de las reglas de etiqueta. Mi interés no es reciente, hace ya varios años que me inicié en ese tema pero en los meses pasados, mi deseo de conocer más, se ha incrementado.

Comencé hace varios años leyendo el Manual de urbanidad y buenas maneras de Manuel Antonio Carreño, o como se le conoce de manera coloquial, el Manual de Carreño. Lo que puedo decir de ese libro es que resulta totalmente anacrónico y fuera de todo contexto actual, en vista de que hoy en día, difícilmente encontraremos una carreta en las calles o gente andando a caballo; tampoco se acostumbra que la gente esté sentada en el balcón de su casa (especialmente porque las casas ¡ya no tienen ese tipo de construcción!) y ni hablar de que ya no se encuentran escupideras en las iglesias ni en otros sitios públicos. Seguramente en su tiempo fue muy bueno y quizá las recomendaciones sobre el comportamiento en la mesa se puedan rescatar, pero me parece que ya no debe ser una referencia.
En una opinión muy personal, quien cite hoy en día el Manual de Carreño tratando de impresionar a alguien, lo único que va a lograr es quedar como un tonto ignorante, salvo claro, que la otra persona sea todavía ¡más tonta e ignorante!

Con respecto a las otras fuentes a las que he recurrido, me he encontrado con diferencias y contradicciones entre ellas, aunque es un hecho que son más las coincidencias pero con todo, me parece que esas reglas deberían estar unificadas, para formar un cuerpo de conocimientos único.

En otras entregas detallaré las diferencias que he detectado, las coincidencias por supuesto y lo que yo encuentro como omisiones, después de lo que también he tenido oportunidad de observar o de acuerdo a cierto sentido común.

Así las cosas, todo sea por dejar de ser un naco arrabalero.